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Las cicatrices de acné representan las secuelas del proceso inflamatorio e infeccioso producido dentro de las glándulas sebáceas que se hallan anexas a los folículos pilosos. Y junto a esas cicatrices son habituales zonas deprimidas de la piel, pozos que pueden deteriorar la imagen de uno mismo y provocar incluso un detrimento en la autoestima. Y es más: el acné es una enfermedad que suele aparecer durante la adolescencia, un período difícil de la vida.

Los tratamientos más habituales para combatir el acné son los peelings químicos, la microdermoabrasión, las máscaras naturales, el láser, la medicación local y oral, entre otros. Sin dudas, todos tratamientos muy eficaces, pero que en los casos de acné severo no lograban borrar las cicatrices intensas, las hendiduras en la cara y las depresiones de la piel.

Cómo mejorar

En la actualidad es posible combinar algunos de esos tratamientos con nuevos avances que proporcionan una significativa mejoría. La combinación de anestesia local tumescente, subcisión (un proceso que debilita y afloja las adherencias debajo de las cicatrices mediante un micro disector), peeling medio-profundo TCA, resurfacing horizontal (remoción de las capas superficiales de la piel para dejar nacer una piel sana) para eliminar las crestas de la cicatrices y tratamientos con laser fraccionado ablativo.

Este tratamiento se realiza en una sola sesión de alrededor de una hora de duración y requiere entre 1 y 2 semanas de recuperación.

Una mejora adicional se consigue con rellenos inyectables un mes después del tratamiento con láser combinado para llenar las pequeñas cicatrices deprimidas restantes.

Los tratamientos adicionales con láseres fraccionales ablativos a menudo nos permiten alcanzar una mayor mejora en la textura sin tiempo de inactividad adicional. Si es necesario, los tratamientos no ablativos con láser se pueden realizar durante las visitas mensuales pocos meses después del procedimiento láser combinado.



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