Producto de su experiencia –en que la mayor parte de las personas que siguen las dietas tradicionales de adelgazamiento no logran mantenerse en el peso ideal-, el cirujano plástico francés Claude Jeandot ha elaborado el novedoso sistema de la Lipodieta.
Su planteo es el siguiente: detrás de todo intento de adelgazamiento subsiste aún hoy un importante malentendido: la idea de que por el simple hecho de bajar de peso logramos un cuerpo delgado y armonioso.
Las dietas habituales no son efectivas porque, con el tiempo, por lo general, se vuelve a ganar peso; y la lipoaspiración que, cuando se realiza en forma aislada, tampoco aporta un gran beneficio.
El Dr. Jeandot opina que una solución duradera pasa necesariamente por un tratamiento multidisciplinario efectuado, de ser posible, por una misma persona: el cirujano plástico.
El análisis del tejido adiposo revela por qué ninguno de estos dos métodos por separado, dieta y lipoescultura, permite obtener un peso estable definitivo. Por eso propone combinar las principales ventajas de un excelente régimen, la dieta proteica, con el extraordinario aporte de la lipoaspiración.
Etapas de la lipodieta.
- La Dieta Proteica. Esta dieta ofrece una constancia de adelgazamiento que permite establecer cierto cronograma. Es un régimen rápido, como promedio, la mujer adelgaza 11,5 kg en las 5 primeras semanas del régimen y 10 kg cada 5 semanas. El hombre adelgaza 14,5 kg en las 5 primeras semanas y 13 kg cada 5 semanas. La dieta proteica mantiene intacta la masa muscular. La ausencia de deterioro muscular y el adelgazamiento se logra a expensas de la grasa únicamente.
Cada semana de dieta proteica estricta (DE) debe estar precedida por una semana durante la cual se suprime de la alimentación todo aporte de azúcares rápidos y lentos y de grasas, excepto el aceite que se utiliza para aderezar las ensaladas. La ausencia de azúcar prepara al organismo para la dieta proteica que será total y estricta, pues consistirá exclusivamente en preparaciones hiperproteicas.
Efectos secundarios de la dieta. Si bien no son importantes, una consulta semanal, o cada 15 días como máximo,es necesaria no sólo para la moral de la paciente, sino para evitar los efectos secundarios o interrumpirlos rápidamente.
Los calambres, debidos a un déficit de potasio, suelen ser la consecuencia de haber olvidado tomar los comprimidos de tartrato de potasio o de un aporte insuficiente.
La hipotensión: la presión arterial disminuye generalmente entre 2 y 3 puntos durante las semanas de dieta estricta. No obstante, si disminuye muy bruscamente, hay que interrumpir la DE durante un tiempo.
Los trastornos hipoglucémicos traducen siempre un mal seguimiento del régimen, ya sea durante la semana de preparación alimentaria o durante la semana de DE. Ingerir azúcar, aun en cantidades mínimas, basta para bloquear la cetosa y generar un trastorno hipoglucémico. Es necesario tomarse el tiempo, junto con la paciente, para encontrar la causa de su error, que a menudo es involuntario y vol-ver a encauzar el régimen. Los trastornos hipoglucémicoas también se pueden deber a un esfuerzo físico prolongado; de allí la necesidad de limitar la actividad deportiva mientras dure el régimen.
La constipación es el efecto secundario más frecuente de la dieta proteica y está relacionada con la disminución considerable del bolo alimentario. En la mayoría de los casos, se trata de una desaceleración del tránsito, sin una verdadera constipación. El aporte de fibras alimentarias suele paliar este problema.
Las deposiciones blandas: este efecto indeseable es poco frecuente, aunque puede afectar, pero siempre en forma transitoria, a personas habitualmente constipadas.
La caída del cabello es un fenómeno común todo régimen para adelgazar, pero con éste afecta sólo a una persona de cada cien. Se la puede detener fácilmente con un tratamiento apropiado.
- La Lipoescultura
otra etapa fundamental, constituye un aporte revolucionario al tratamiento de la obesidad.
Produce avances notables, permite eliminar volúmenes de hasta 4 litros en intervenciones ambulatorias y de 10 a 12 litros con hospitalizaciones de unos pocos días.
La lipoescultura debe realizarse en un tejido adiposo todavía firme, con una piel aún en condiciones de adaptarse bien en la zona donde se va a realizar la nueva unión. En la mayoría de los casos, la intervención se efectúa en la mitad del régimen, rara vez más tarde. Un pliegue cutáneo marcado a la altura del abdomen o en el lado interno de los muslos y, más aún, las estrías, comprometen la calidad del resultado. Cuando están presentes, lo mejor es proponer que el acto quirúrgico se realice antes. La intervención es, sin duda, más difícil para el cirujano, los volúmenes por aspirar son mayores, pero hay más probabilidades de lograr una buena unión. En este caso, lo esencial del régimen se hará después de la intervención. Es posible que uno tenga que operar a una paciente que inicialmente pesó 100 kg y cuyo peso ideal es 60 kg, cuando pesa 96 kg.
Los puntos esenciales para el éxito del tratamiento de la lipodieta:
- Estipular una fecha adecuada para la intervención
- La decisión sobre el tratamiento abdominal (plástica)
- Una técnica profunda que se completa con una aspiraciónsuperficial
- La Estabilización Si bien muchos consideran a esta etapa de poca importancia, sólo tiene sentido aquí, después de la lipodieta. Todo el mundo sabe que después de cualquier régimen, nunca logró estabilizar el resultado obtenido en forma durable y nunca lo logrará si no se trata la hiperplasia de los adipocitos.
El carácter definitivo del resultado es la consecuencia del régimen (tratamiento de la hipertrofia), de la lipoaspiración todas las zonas involucradas (tratamiento de la hiperplasia celular), de la adquisición por la paciente de una hermosa silueta (fundamental), pero también de esta etapa de estabilización seguida de una supervisión de la paciente durante un año. La estabilización propiamente dicha dura entre 4 y 5 semanas. Las pacientes asisten consultas semanales. Consiste en fijar etapas durante las cuales los aportes de preparaciones hiperproteicas disminuyen en forma progresiva, a medida que aumentan los aportes de nutrientes.
Después de esta fase de “estabilización” en la que las pacientes logran su peso ideal, no hay que abandonarlas, sino quedar a su disposición en todo momento y también imponerles una supervisión mínima. Las pacientes se deben controlar mes de finalizada la estabilización y después a los 3, 6, 9 y 12 meses.
Entonces, y sólo entonces, el peso ideal de la paciente se transforma en su peso cerebral, el peso al que su cerebro tiende en forma permanente.