Todos deseamos una cara linda. Pero ¿qué significa eso? ¿Que una cara linda debe tener una nariz “linda” o “perfecta”? No necesariamente. Si no, veamos a Sofía Loren, a Carolina Peleretti... ¿Tienen acaso una nariz “modelo”?
No hay dudas de que la nariz es la unidad estética más importante de la cara. Es la estructura central, influye de manera notoria en el aspecto general del rostro. Sobre la “belleza” es mucho lo que se puede decir, aunque –en principio- podríamos convenir en que una cara bonita debe existir cierta armonía entre la boca, los ojos y la nariz. Esa armonía es la que le da personalidad al rostro.
Claro que no siempre existe ese equilibrio. Muchas veces la nariz es responsable de ese desequilibrio. Puede ser demasiado desproporcionada respecto del conjunto facial, larga, muy curva o muy chata, quizás excesivamente gruesa o respingada, etcétera, etcétera. Como vemos, son infinitas las quejas que puede haber de la pobre nariz.
Si bien podemos estar insatisfechas con nuestra nariz, es fundamental tener en cuenta que no existe la nariz ideal: de lo que se trata es de encontrar la adecuada para cada rostro, piel, personalidad, carácter y contextura física. Lo importante es que nos sintamos bien con nosotras mismas, no lo que los demás consideran atractivo. Ahora sí podemos hablar de la rinoplastía.
Si bien son múltiples las razones que llevan a alguien a necesitar una cirugía de nariz, es importante que las expectativas sean realistas.
Aquellas personas con buena salud, psicológicamente estables, son buenas candidatas. La edad es un factor a tener en cuenta. Durante la adolescencia ocurren cambios notorios en la maduración de todos los órganos y sistemas: el desarrollo sexual hace que el cuerpo se modifique… y la nariz también. Esto se relaciona directamente con la autoestima del joven, su modo de plantarse en el mundo. Por eso es una cuestión por demás delicada. De modo que es conveniente esperar a que haya terminado el desarrollo: no antes de los 15 años, aproximadamente.
En definitiva, puede decirse que el mejor candidato es quien desea verse mejor y no busca reproducir un estereotipo de perfección.
Esta intervención se denomina rinoplastía. Se trabajan las distintas estructuras de la nariz para lograr, a través de este cambio, un nuevo balance facial. Los especialistas de Centros B&S explican que puede ser total o parcial, cuando se opera sobre una sola zona. También se la puede clasificar en funcional o estética. La cirugía funcional apunta a mejorar el rol fisiológico de la nariz, permitiendo resolver una obstrucción respiratoria o devolver la anatomía perdida luego de algún traumatismo. La estética se ocupa de modificar la apariencia externa de la nariz, para hacerla más linda.
En el caso de la rinoplastía estética, es importante la primera entrevista con el médico cirujano: es el momento de evaluar junto al especialista, la relación de la nariz con el resto de los elementos de la cara (ojos, frente, labios, mejillas, etc.), el marco. Allí expondremos con franqueza nuestros deseos y expectativas. El cirujano evaluará la estructura nasal y -como la Cirugía Estética no es una ciencia exacta- nos explicará, en base a su experiencia, las posibilidades técnicas, mediante una perspectiva realista para nuestro propio caso. También, el procedimiento adecuado para cada paciente. De lo que se trata es de lograr nuestra conformidad, reconciliarnos con nuestro rostro y de que la “nueva” nariz tenga que ver con cada uno, sin caer en la clásica “nariz prefabricada”.
Hay que tener en cuenta que, a veces, un pequeño toque en el lugar adecuado puede cambiar el aspecto de la cara, señalan desde B&S.
En B&S realizamos la Cirugía de nariz, concretamente el láser Neodinium YAG que le permite al cirujano trabajar sin una gota de sangre ni líquidos que puedan molestar al paciente. De este modo, el post-operatorio suele ser más cómodo, ya que no es necesario usar tapones. De acuerdo con las distintas patologías que presente cada nariz, pueden usarse diversos tipos de láser. La intervención dura entre 1 y 2 horas y se realiza con anestesia local al tiempo que se aplica un sedante para disminuir la ansiedad del momento, de modo que el paciente permanece semi dormido durante toda la intervención.
Cuando se completa el procedimiento, se aplica un pequeño molde plástico sobre la nariz. Luego de reposar un par de horas en la sala de recuperación, el paciente se puede ir a su casa. Lo común es una hinchazón mínima en la zona que rodea a los ojos, que al cabo de dos semanas debería haber desaparecido.
Supongamos que decidiste, junto con el médico, la intervención. Lo ideal es que alguien te acompañe ese día. Por ejemplo: cuando salgas, no podrás manejar ningún tipo de vehículo. En general, el paciente se retira con una gasa puesta sobre la nariz que sirve para que se absorban los fluidos que podrían salir. Hay que cambiarla cada vez que deje de absorber. Pueden realizarse alrededor de diez cambios en las primeras doce horas. Durante el primer día conviene hacer reposo casi sentado en la cama, levantarse despacio sólo para ir al baño o hasta la mesa.
Hay que tomar todos los medicamentos indicados en los horarios indicados.
Conviene usar hielo o compresas frías con té de manzanilla para ayudar a desinflamar la zona. En la medida de lo posible no utilizar antiinflamatorios. Es recomendable no hacer esfuerzos, no agachar la cabeza, no practicar ejercicios descontracturantes con el cuello ni con los brazos. La idea es evitar cualquier tipo de traumatismo en la zona. Se pueden hacer ejercicios en casa usando un caminador o cualquier movimiento suave. Es bueno tratar de hacer un poco de reposo en medio del día, siempre en posición semi-sentada o en un buen sillón.
El día después de la operación es posible levantarse normalmente. Si te duchás, no laves la cabeza para evitar que se desprenda el yeso o el plástico adherido a la nariz. Como decíamos, es posible que haya cierta inflamación alrededor de los ojos y la nariz. Incluso algún pequeño derrame o hematoma debajo de los ojos. Puede aparecer al segundo o tercer día tras la operación. Va bajando por la cara y cambiando de color. Es normal.
Si en algún momento sentís necesidad de estornudar, que sea con la boca abierta para evitar que el aire salga violentamente por la nariz.
Luego del primer control ya es posible manejar y comenzar a cumplir las obligaciones de estudio o trabajo, siempre que no demanden grandes esfuerzos.