Ante la ausencia de una o más piezas dentarias se puede “inventar una raíz” sobre la cual se coloca una corona.
Se implanta un tornillo de titanio en el hueso de la zona de los dientes a reponer, y al cabo de 4 meses se logra una oseointegración, es decir, se “suelda” el implante al hueso para reponer la corona del diente ausente de manera permanente, natural y estética.