El tratamiento de los obesos mórbidos no acaba con la cirugía bariátrica. Debe completarse con una reconstrucción corporal, necesaria en la mitad de los casos.
Es una afirmación de Carlos Masdevall Nogueral, jefe clínico del Hospital Universitario de Bellvitge (Bacelona), quien ha estimado necesario implicar a los servicios de cirugía plástica para que la cirugía de remodelación se extienda a todos los hospitales. "Hoy es difícil encontrar centros que hagan cirugía bariátrica y reconstructiva", dijo Masdevall.
La cirugía de la obesidad tiene tres consecuencias positivas: aumenta la supervivencia, resuelve comorbilidades e incrementa la calidad de vida.
Sin embargo, también surgen problemas: trastornos alimentarios, psicológicos y secuelas dérmicas, que condicionan la actitud sexual.
El 50 % de los enfermos operados y que han conseguido una pérdida sustancial de peso corporal sufren secuelas dérmicas y psicológicas que justifican una intervención posterior de remodelación.
"Cuanto mayor sea el índice de masa corporal del paciente, más precisará después de la cirugía reconstructiva", ha señalado Carlos Masdevall. El momento adecuado para practicar la remodelación corporal es cuando han transcurrido aproximadamente 18 meses desde la operación y se ha estabilizado el peso.